La energía solar fotovoltaica es una energía renovable limpia, con un bajo impacto ambiental y gran versatilidad. Las instalaciones fotovoltaicas convierten la energía solar en electricidad. Se clasifican en los siguientes tipos:
Parques fotovoltaicos, instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo e instalaciones fotovoltaicas aisladas.
Parques fotovoltaicos
La tecnología utilizada es la misma que en las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo. La gran diferencia es la escala. Las instalaciones son de más de 100 kW, como por ejemplo el parque fotovoltaico de Son Corcó, en Consell (Mallorca), de 2,4 MW, en funcionamiento desde marzo de 2021. El gran problema de este tipo de instalaciones es su impacto territorial y paisajístico, especialmente los proyectados en suelo rústico. 1 MW de potencia instalada consume 1 hectárea.
Instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo
Las instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red eléctrica tienen como finalidad reducir la factura de la luz. El usuario consume la energía que genera (por este motivo también se les llama instalaciones de autoconsumo). Cuando el consumo eléctrico es mayor que el que produce la instalación fotovoltaica, o sencillamente cuando se consume electricidad cuando no hay radiación solar suficiente para producir electricidad, se consume energía de la red eléctrica. Según la normativa vigente, las instalaciones con conexión a red se dividen a su vez en los siguientes tipos:
- Autoconsumo sin excedentes: las instalaciones fotovoltaicas con conexión a red incluyen un dispositivo antivertido, de modo tal que se impide verter la energía excedente a la red eléctrica.
- Autoconsumo con excedentes: las instalaciones fotovoltaicas con excedentes además de producir electricidad para el autoconsumo pueden verter los excedentes de energía a la red eléctrica. Entre las instalaciones fotovoltaicas con excedentes, se distinguen dos clases:
- Acogidas a compensación: si no se consume toda la electricidad que el sistema fotovoltaico produce, se puede inyectar la energía sobrante a la red eléctrica y se recibe una compensación económica por la energía vertida en cada periodo de facturación. Para acogerse a este sistema, se deben cumplir los siguientes requisitos:
- La potencia de la instalación o instalaciones asociadas no puede ser superior a 100 kW.
- El consumidor debe haber suscrito un único contrato de suministro para el consumo asociado y auxiliar con una comercializadora.
- El consumidor y productor deben haber firmado un contrato de compensación de excedentes.
- La instalación no debe constituir una actividad lucrativa.
- Acogidas a compensación: si no se consume toda la electricidad que el sistema fotovoltaico produce, se puede inyectar la energía sobrante a la red eléctrica y se recibe una compensación económica por la energía vertida en cada periodo de facturación. Para acogerse a este sistema, se deben cumplir los siguientes requisitos:
- No acogidas a compensación: son las instalaciones fotovoltaicas que no cumplan alguno de los requisitos anteriores o que decidan no acogerse por voluntad propia. En este caso, la energía excedente será vendida al mercado eléctrico a través de una comercializadora o dándose de alta como productor).
Dentro de cada tipo se podrá clasificar como autoconsumo individual (un consumidor, por ejemplo una vivienda individual o una pequeña empresa) o autoconsumo colectivo (varios consumidores asociados, por ejemplo un edificio plurifamiliar).
Ventajas de las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo
- Ahorro en la factura de la luz: dependiendo de tu perfil de consumo, podrías reducir tu factura de electricidad en un 35%, aproximadamente.
- Son inversiones rentables. El periodo de retorno de la inversión es inferior a seis años, en el caso de instalaciones para viviendas unifamiliares.
- Mayor independencia ante las subidas del precio de la electricidad.
- Reducción de las emisiones de CO2.
- La energía fotovoltaica es una de las energías más seguras.
- La vida útil es de 25 años como mínimo.
- Tienen bajo mantenimiento.
- No producen ruidos.
- No generan residuos.
- Incrementan el valor de la edificación.
- No consumen territorio
- Se reducen las pérdidas de energía en el transporte, ya que se generan cerca de los puntos de consumo.
Instalaciones fotovoltaicas aisladas
Las instalaciones fotovoltaicas aisladas se utilizan en lugares en los que no es posible o es muy costoso conectarse a la red eléctrica. Son totalmente autónomas, por lo que obligatoriamente cuentan con baterías que acumulan la energía generada para garantizar el suministro eléctrico cuando los paneles fotovoltaicos no producen energía (por la noche o en días nublados). Se utilizan, por ejemplo, en viviendas rurales, señalización o torres de telecomunicaciones.